Minimalismo, líneas fáciles, depuración en la decoración, colores pálidos y texturas lisas… La decoracion nordica se ha popularizado en España en las últimas dos décadas, mas rastrear los orígenes de este estilo nos lleva considerablemente más allí y puede servirnos para conocer las raíces y los porqués de los muebles que, en ese relativo poco tiempo, se han hecho un hueco en una buena parte de nuestras casas.
El término “diseño escandinavo” (o bien norteño) no fue acuñado como tal hasta 1954, en el momento en que una exposición con ese nombre recorrió Norteamérica fomentando el modo de vida escandinavo, mas su origen se remonta años atrás, pudiendo situar su origen entre las dos guerras mundiales. Como podemos imaginar, no nació de la nada, sino fue en esa etapa en la que el diseño tradicional de los países norteños, basado de forma tradicional en la funcionalidad de los objetos, agregó la estética a sus valores, ayudando a cubrir las necesidades sensibles de la gente, creando “cosas hermosas que hacen tu vida mejor”.
La cultura sueca, y asimismo su diseño, había alcanzado un esencial renacer a fines del siglo XIX, que se incrementó en 1930, año en que Estocolmo acogió una enorme exposición centrada en el mueble y el diseño donde se mostraron diseños vanguardistas con un claro mensaje político y social, incluyendo prototipos de pisos con muebles fabricados industrialmente, en contraposición de la tradicional defensa noruega de la artesanía. Al cierre de aquella exhibición, daría sus primeros pasos uno de los movimientos más interesantes en el campo de la decoración: el funcionalismo.
Buena parte de los artistas que se dieron a conocer en aquella Exposición adoptaron como filosofía el leimotiv “el artista a la industria” para buscar crear “objetos más estéticos de empleo cotidiano”. La producción textil, la decoración de telas para el hogar y el interiorismo alcanzaron un alto desarrollo desde esa década, como la industria automovilística, que asimismo aceptó las máximas del diseño sueco (Saab, Volvo).
El ceramista Wilhelm Kage es un caso esencial para comprender aquella preocupación por las formas de los utensilios familiares y Stig Lindberg y Sven Palmqvist fueron dos de los diseñadores esenciales en la nueva concepción de vajillas, vasos y bartulos de cocina.
Otra fecha importante para el interiorismo escandinavo fue 1955: ese año tuvo sitio la feria de objetos familiares de Helsingborg, la ‘H55′, que tendría gran repercusión en fabricantes y artistas.
Con el apogeo de las democracias europeas tras la II Guerra Mundial, se hizo mayor hincapié en el hecho de que los diseños debían ser alcanzables para todo el planeta, con lo que de forma frecuente el diseño escandinavo asimismo es llamado diseño democrático, una idea que asimismo compartía la Bauhaus.
La estética futurista es asimismo un rasgo propio del diseño sueco actual, al lado de las formas fáciles, los colores pálidos, los textiles con estampados cuadriculados y de listas, los volúmenes sólidos, el ahorro, la sobriedad, la citada ergonomía y la belleza entendida como una función más, precisa en todas y cada una de las formas de los objetos.
Las paredes en estas casas acostumbran a ser blancas y los textiles y los cuadros (normalmente grandes) son los que llevan el peso del color.
Fuente: tiendas decoracion online